Los
estruendos precipitan
los
temblores paralizan.
Clamamos
a seres
que
no arriban.
Con
avidez conjuramos
el
amparo de vientres
que
nos gesten
nuevamente.
Somos
la TOTALIDAD
de
una mujer y un hombre
desterrados
por caóticas órbitas
por
crujientes leños
y
por esfinges
con
incógnitas que
NO
DEBEMOS DESCIFRAR.
© Beatriz Iriart
Fotografía Giovanni
Gilli